Celebración Estacional de Otoño de 2016

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El domingo 20 de marzo de 2016, compartimos una cálida Fiesta Estacional de Otoño en Parque El Remanso.

Haciendo clic en la foto del Letrero del Parque, puedes ver fotografías de la actividad.

Y más abajo puedes escuchar y leer un hermoso texto poético compartido en la Estacional.

Texto poético creado por María Eliana Astaburuaga, acerca del sentido de la Celebración Estacional. Fue leído por Macarena Andrews y Paulina Hunt en el Parque de Estudio y Reflexión El Remanso, en la celebración de la Estacional de otoño el 20 de marzo de 2016.

Bajar AQUÍ el texto completo.

ESTACIONAL DE OTOÑO, 20 marzo 2016.
(Última versión M. Eliana A.)

En Diciembre, celebramos la llegada del verano, que en toda la Historia, ha sido una estación muy feliz porque trae “la abundancia”. Antes del verano pasamos por la Primavera con sus primicias, primores y promesas: el nacimiento de la vida, brotecitos, flores, pasto nuevo, animalitos nuevos, frutas silvestres. Color y calor gracias al Dios Sol intensificando día a día su luminosidad y su temperatura para que todo madure como milagrosamente. Si se fijan verán que las cosechas empiezan muy lentito en Primavera, ocupan todo el Verano y terminan a fines del Otoño…

La función de los mitos, las ceremonias y la meditación: Desde los primeros humanos es el intento de cada individuo por responderse sobre su Sentido “ligándose espiritualmente” con ese entorno en el que nacía. Un individuo sólo está limitado por muchas cosas, por ser: mujer o varón, niño, joven, adulto, anciano; por sus oficios de comerciante, madre, jefe, profesor, labrador o artista, que lo condicionan a su sociedad; y también determinado por sus genes que vienen del pasado. Pero si cada individuo pretendiera aislarse o liberarse totalmente rompería su relación con las fuentes físicas y espirituales necesarias a su existencia.

Las ceremonias de nacimiento, cumpleaños, matrimonio, licenciaturas, jefaturas y entierro marcan adquisición de otro estado o situación de vida Nota: Ceremonia de Matrimonio del libro Mensaje de Silo, trasladando estas experiencias de lo personal a lo colectivo. Ayudando así al individuo a “experimentarse a sí mismo” como parte, y en función de una comunidad. Estos ritos muestran la unidad esencial del individuo con su entorno.

En cambio las “ceremonias estacionales” abren un horizonte muchísimo mayor porque ubican a la humanidad como una parte pequeñita del poderoso organismo del cosmos. Algunos han tratado de interpretar las ceremonias estacionales como esfuerzos por dominar la naturaleza. El motivo más antiguo de las celebraciones estacionales está inspirado en una espiritualidad más profunda: “la sumisión a lo inevitable”. Esto nos recuerda Los Principios de vida. Nota: en el libro El Mensaje de Silo: “Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo”. “Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno has superado tus contradicciones”.

No hay registro de estacionales que intenten POSTERGAR la llegada del Invierno. Al contrario las ceremonias preparaban a la comunidad, incluida al resto de la naturaleza, para soportar esa estación de frío tremendo. Tampoco en primavera había ritos para FORZAR a la naturaleza a madurar vegetales, a pesar de estar la gente debilitada por el invierno. En ritos antiguos se apoyaba con cuerpo y alma la obra de la naturaleza intuyendo “la misma continuidad que en los ciclos de la vida humana”. No se fuerza a un recién nacido a ser adulto. Nota: en el libro del Mensaje de Silo “Cuando fuerzas las cosas hacia un fin produces lo contrario”.

La función de los mitos, las ceremonias y meditación del hombre actual: en su mundo moderno donde gracias a la técnica y la ciencia se ha explicado ya el Todo. Un mundo secular donde se ha ido eliminando la espiritualidad, o dicho de otro modo, el sentimiento de lo Sagrado por cada ser humano, animal, planta y finalmente ni siquiera en los cielos. ¿Desde dónde encontrará el Sentido el héroe de estos tiempos? ¿Dejamos este tema planteado para nuestra próxima estacional?

Los antiguos sintieron a la Gran Madre Tierra, en su inmensa profundidad, como su protectora y fuente inagotable de alimentos. Ellos experimentaban a la Madre Tierra como quién mantenía la vida de las plantas, de los animales y de los seres humanos, como un gran útero dador de vida…

Primero los recolectores: intuyeron lo sagrado en las plantas identificando las etapas de la vida vegetal con las etapas de la vida humana: gestación, nacimiento, vida y muerte.

Luego los cultivadores/agricultores: domesticaron con mucha persuasión ese mundo vegetal. El descubrimiento de la semilla se produjo gracias a la mirada investigadora e inteligente de los llamados “primitivos” que lograron captar algo invisible y esencial en la semillita y en su proceso. Curiosamente, esto no los llenó de soberbia, sino que les acentuó su humildad y eso redundó en crecimiento espiritual. Antes de plantar se ponían en estado de purificación para enterrar la semilla en la Tierra. También antes de cosechar se preparaban como para una revelación: experimentar esa Fuerza divina o sagrada. Su intuición los llevó a sentir el cultivar plantas o cereales como un sacramento, porque iba en la dirección de ayudar la vida, algo para agradecer y venerar.

Finalmente los cazadores: se identificaron profundamente con el alma, energía o fuerza de los animales, respetando lo Sagrado en ellos aun cuando fueran su alimento. Así es como desarrollan ritos de veneración, representados en sus tótemes que simbolizan al animal de cada tribu, y los tallan con figuras híbridas medio humana/animal.

¿Cómo experimentar entonces el significado del otoño, que los acercaba al invierno? La Gran Madre no era sólo creadora, luminosa, suave y protectora… También envía sequías, inundaciones, heladas. No es una Diosa contemplativa, hace pasar todo por el ciclo de la muerte antes de dar a luz. La semilla moría y se podría bajo la tierra para rebrotar…

Otoño, momento de guardar alimentos, de reflexión. Momento intermedio, necesario, de preparación para trascender el invierno o muerte. Un tránsito entre la abundancia y escasez o muerte de toda vegetación en Invierno… La vida durmiendo en la oscuridad de las profundidades, desintegrándose para transformarse y renacer… una y otra vez…